La digestión es el proceso de transformación de los alimentos, previamente ingeridos, en sustancias más sencillas para ser absorbidos. La digestión ocurre tanto en los organismos pluricelulares como en las células, (ver digestión intracelular). En este proceso participan diferentes tipos de enzimas.
El sistema o aparato digestivo,1 es muy importante en la digestión ya que los organismos heterótrofos dependen de fuentes externas de materias primas y energía para crecimiento, mantenimiento y funcionamiento. El alimento se emplea para generar y reparar tejidos y obtención de energía. Los organismos autótrofos (las plantas, organismos fotosintéticos), por el contrario, captan la energía lumínica y la transforman en energía química, utilizable por los animales.
En cada paso de la conversión energética de un nivel a otro hay una pérdida de materia y energía utilizable asociada a la mantención de tejidos y también a la degradación del alimento en partículas más pequeñas, que después se reconstituirán en moléculas tisulares más complejas.
También es el proceso en que los alimentos al pasar por el sistema digestivo son transformados en nutrientes y minerales que necesita nuestro cuerpo.
MASTICACIÓN
Artículo principal: Masticación.
La masticación es una parte de la función digestiva presente en una gran variedad de animales, incluido el hombre. Es el proceso mediante el cual se tritura la comida previamente ingerida al comienzo de la digestión.
En los seres humanos, la masticación corre a cargo de los dientes, principalmente de los molares, en colaboración con la lengua. Estas piezas dentales tienen unas "cúspides" en la superficie de contacto con el alimento y, por efecto del movimiento de la mandíbula se desplazan lateralmente para favorecer la masticación. El producto de la masticación es el bolo alimenticio.
En este proceso se produce la amilasa que sirve para facilitar la digestión del almidón.
[editar]La producción de los jugos digestivos
Las glándulas del sistema digestivo son de primordial importancia en el proceso de la digestión, porque producen tanto los jugos que descomponen los alimentos como las hormonas que controlan el proceso.
Las primeras glándulas en actuar son las glándulas salivales de la boca. La saliva que producen contiene dos enzimas: la amilasa salivar o ptialina, que comienza a digerir el almidón de los alimentos y lo transforma en moléculas más pequeñas, y la lisozima, que actúa eliminando gran cantidad de bacterias, sobre todo bacterias tipo GRAM+, por lisis.
El siguiente grupo de glándulas digestivas se encuentra en la membrana que tapiza el estómago. Producen el jugo gástrico, que contiene agua, ácido clorhídrico (que cambia el pH del medio y activa las enzimas) y tres enzimas: la pepsina, que en presencia de ácido fragmenta las proteínas; la renina o cuajo, que coagula la caseína de la leche; y la lipasa gástrica, que disgrega las grasas enácidos grasos y glicerol.
Después de que el estómago vierte los alimentos y su jugo en el intestino delgado, los jugos de otros dos órganos se mezclan con ellos para continuar el proceso. Uno de esos órganos es el páncreas, que segrega jugo pancreático, rico en enzimas que descomponen los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas de los alimentos. Otras enzimas que participan en el proceso provienen de glándulas de la pared intestinal o forman parte de ella.
El hígado produce la bilis, otro jugo digestivo, que se almacena en la vesícula biliar. Cuando comemos, la bilis se vierte por las vías biliares al intestino y se mezcla con las grasas de los alimentos. Los ácidos biliares disuelven las grasas en el contenido acuoso del intestino grueso
[editar]Absorción y transporte de los nutrientes
La mucosa intestinal va absorbiendo los productos de la digestión. La absorción intestinal a nivel del intestino delgado se hace a través de vellosidades intestinales delgadas, las cuales absorben el quimo (bolo alimenticio tras pasar por los procesos del estómago). En el intestino delgado se absorben proteínas, lípidos y otros principios esenciales. En el intestino grueso, se terminan de absorber todos los nutrientes que no fueron absorbidos en el intestino delgado, como agua y electrolitos.
Los materiales absorbidos atraviesan la mucosa y pasan a la sangre, que los distribuye a otras partes del cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas. Esta parte del proceso varía dependiendo de los diferentes tipos de nutrientes.
Glúcidos o hidratos de carbono. Un adulto promedio consume cerca de un cuarto de kilogramo de hidratos de carbono al día. Muy a menudo, los alimentos portadores de glúcidos contienen al mismo tiempo almidón, que es digerible, y fibra, que no lo es.
Los hidratos de carbono digeribles se descomponen en moléculas más sencillas por la acción de las enzimas de la saliva, del jugo pancreático y de la mucosa intestinal. El almidón se digiere en dos etapas: primero, una enzima de la saliva y del jugo pancreático lo descompone en moléculas de maltosa; luego, la maltasa, una enzima de la mucosa del intestino delgado, divide la maltosa en moléculas de glucosa que pueden absorberse en la sangre. La glucosa es transportada por el torrente sanguíneo hasta el hígado, en donde se almacena.
El azúcar común, constituido en su mayor parte por sacarosa, es digerido por una enzima de la mucosa del intestino delgado llamada sacarasa, que lo convierte en glucosa y fructosa, cada una de las cuales puede absorberse en el intestino y pasar a la sangre.
La leche contiene lactosa, otro tipo de azúcar que se transforma en moléculas fáciles de absorber (glucosa y galactosa) mediante la acción de una enzima llamada lactasa, que se encuentra en la mucosa intestinal.
Proteínas. Las proteínas son moléculas grandes que deben ser descompuestas por enzimas antes de que se puedan utilizar para fabricar y reparar los tejidos del cuerpo. Una enzima del jugo gástrico comienza la digestión de las proteínas que comemos. El proceso termina en el intestino delgado. Allí, varias enzimas del jugo pancreático y de la mucosa intestinal descomponen las enormes moléculas en unas mucho más pequeñas, llamadas aminoácidos. Estos pueden absorberse en el intestino delgado y pasar a la sangre, que los lleva a todas partes del cuerpo para fabricar las paredes celulares y otros componentes de las células.
Grasas. Las moléculas de grasas son una importante fuente de energía para el cuerpo. El primer paso en la digestión de una grasa es disolverla en el contenido acuoso del intestino. Los ácidos biliares producidos por el hígado actúan como detergentes naturales que disuelven las grasas en agua y permiten que las enzimas descompongan sus grandes moléculas en moléculas más pequeñas, algunas de las cuales son los ácidos grasos y el colesterol. Los ácidos biliares se unen a los ácidos grasos y al colesterol y les ayudan a pasar al interior de las células de la mucosa. En ellas, las moléculas pequeñas vuelven a formar moléculas grandes, la mayoría de las cuales pasan a los vasos linfáticos cercanos al intestino. Estos vasos llevan las grasas modificadas a las venas deltórax y la sangre las transporta hacia los lugares de depósito en distintas partes del cuerpo.
Vitaminas. Otros integrantes fundamentales de nuestra comida que se absorben en el intestino delgado, son las vitaminas. Estas sustancias químicas se agrupan en dos clases, según el líquido en el que se disuelven: hidrosolubles (todas las vitaminas del complejo B y la vitamina C) y liposolubles (las vitaminas A, D y K).
Agua y sal. La mayoría del material que se absorbe del intestino grueso es agua, en la que hay sal disuelta. El agua y la sal vienen de los alimentos y líquidos que consumimos y de los jugos que las glándulas digestivas secretan. En el intestino de un adulto sano se absorbe más de 4 l de agua con más de 30 g de sal cada 24 horas.
[editar]Motilidad del intestino delgado
El intestino delgado, es donde el proceso de la digestión tiene lugar durante más tiempo, en concordancia con su mayor longitud. Tiene dos funciones mayores : mezcla y propulsión. Las contracciones anulares múltiples ( 1-2 cm ) denominadas de segmentación, aparecen frecuentemente en el intestino delgado y producen movimiento del quimo.
La frecuencia de las contracciones segmentarias dependen de la frecuencia del REB. Éstas son menos frecuentes en la porción distal del intestino delgado. El duodeno tiene un REB de 11 ciclos por minuto, mientras las contracciones en íleo son 8 ciclos por minuto. Este decrecimiento en el REB facilita el movimiento del quimo distalmente
Como en otros lugares del intestino, las contracciones musculares del intestino delgado son estimuladas por factores intrínsecos y extrinsecos. Por ejemplo la CCK, la ACETIL COLINA son estimulatorias. Los agonistas alfa adrenérgicos, el óxido nítrico y el glucagon son substancias inhibitorias.
Las contracciones propulsivas del intestino delgado son menos frecuentes que las de segmentación.
Después de la ingestión del alimento y la entrada de quimo gástrico al intestino se presenta un aumento de las contracciones peristálticas. El estímulo para estas contracciones es la distensión del intestino delgado.
Durante el periodo de ayuno o periodos interdigestivos, se presenta un patrón propulsivo muy bien definido. Este patrón se caracteriza por una actividad motora cíclica del estomago al íleon. Cada ciclo esta compuesto de 3 fases que son:
FASE I. Fase de reposo.
FASE II. Fase irregular de potenciales en espiga y contracciones.
FASE III. Fase regular de potencias en espiga y contracciones.
Estas fases conforman el complejo motor migratorio (CMM), se presenta cada 90 minutos y avanza 5cm/minuto. Algunas hormonas han sido implicadas en el control del CMM como es la motilina, somatostatina y los opioides. El papel del CMM parece ser el de la " limpieza del intestino". El sistema nervioso entérico coordina esta actividad.
Finalmente, todos los nutrientes digeridos se absorben a través de las paredes intestinales. Los productos de desecho de este proceso comprenden partes no digeridas de los alimentos, conocidas como fibra, y células viejas que se han desprendido de la mucosa. Estos materiales son impulsados hacia el colon, en el cual permanecen generalmente durante uno o dos días, hasta cuando se expulsa lamateria fecal durante la deposición.
[editar]Motilidad colónica
El colon de un adulto recibe entre 0,5 y 2,5 L de quimo por día. Este consiste en residuos no digeridos de la comida, además de agua y electrolitos. El colon debe reducir este volumen a unos 100-200 g de materia fecal. Las contracciones del colon hacen que éste se abra y cierre como un acordeón. Las contracciones segmentarias de las capas circulares dividen el colon en segmentos que se denominan haustras y representa la actividad motora más importante. La frecuencia de las segmentaciones depende del REB, siendo éstas más frecuentes en la parte distal.
Tres a cuatro veces al día se presentan movimientos en masa, tienden a presentarse después de las comidas y su misión es la de impulsar el contenido colónico hacia el sigmoides.